Desde las sociedades científicas de profesionales sanitarios de Atención Primaria en Andalucía y el Consejo Andaluz de Colegios de Médicos queremos expresar nuestra rotunda condena a las actitudes violentas de unas pocas personas contra los profesionales que trabajan en los centros de salud y en los servicios de urgencias, al tiempo que mostramos todo nuestro apoyo y aliento a los compañeros y compañeras que han tenido que sufrir esta injusticia durante las pasadas semanas.
Los médicos de familia, junto a l resto de profesionales sanitarios y no sanitarios de Atención Primaria, hemos seguido trabajando durante todo el tiempo que ha durado el confinamiento y lo seguimos haciendo en esta fase de nueva normalidad. Hemos experimentado la dificultad de tener que adaptar nuestra forma de trabajar para evitar los contagios en los centros de salud, atendiendo con escasos medios de protección y sin ninguna prueba diagnóstica a los pacientes con sospecha de infección por coronavirus, además de la mayor parte de nuestras tareas habituales. No se han cerrado centros de salud ni sus puntos de urgencias: al contrario, hemos tenido que asumir una mayor carga asistencial por la dimensión de la pandemia y ante el cierre de otros ámbitos asistenciales.
Todo este trabajo ha sido agotador. Y ahora, durante los meses de verano y al igual que los últimos 15 años, nos toca realizar el trabajo del compañero que ha podido coger unos merecidos días libres. Esta sobrecarga asistencial puede llevar al agotamiento si las administraciones públicas y la sociedad en general no tienen en cuenta estas difíciles circunstancias en las que se trabaja. Lamentablemente tenemos noticias de unos pocos usuarios que adoptan actitudes violentas y amenazantes, con exigencias que sobrepasan sus derechos y sin contemplar el cumplimiento de sus deberes como usuarios del SSPA. Es necesario que estos hechos sean denunciados de oficio por las administraciones públicas y el poder judicial.
Es preciso también mostrar nuestro agradecimiento a todas las personas (la inmensa mayoría de nuestros pacientes) que han entendido la situación, que nos alientan en nuestro quehacer diario y aceptan los cambios en la gestión de la demanda, novedosos para todos pero en general beneficiosos para la persona enferma. A ellos gracias por su responsabilidad y por seguir confiando en la buena praxis de los médicos de familia.
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