Agresiones a profesionales: ¿qué podemos aportar las organizaciones que representamos a los usuarios ante este problema?
Yesa Herrera J
Secretario General de FACUA Cádiz
En año 2010, concretamente, en el número 3 del volumen 11 de esta revista (1), consideré oportuno escribir sobre las agresiones que venían sufriendo los profesionales del sistema sanitario público cometidas por usuarios que acudían para ser atendidos en los centros de salud.
Catorce años más tarde, este problema, lejos de pasar a la historia, se ha agravado tanto en relación con el número de incidentes que se producen como en la gravedad de los mismos, a pesar de las medidas adoptadas tras la aprobación en el año 2020 del Plan de Prevención y Atención frente a Agresiones a Profesionales del Sistema Sanitario Público de Andalucía (2), por lo que creo oportuno volver a incidir en este asunto sobre el que, como indiqué en mi anterior artículo, sería deseable no tener que volver a escribir.
Las medidas adoptadas tras la puesta en marcha del mencionado Plan han estado enfocadas, principalmente, a la protección de los profesionales, tanto desde la perspectiva de la prevención de las agresiones como en relación con su gestión y, en su caso, con el apoyo posterior a las víctimas.
Atendiendo a que las organizaciones que como FACUA representamos a los usuarios no hemos sido invitadas a participar ni a opinar sobre la puesta en marcha de dichas medidas, ni tampoco se nos ha permitido participar en su evaluación, no voy a realizar una valoración sobre su eficacia dado que carezco de los datos necesarios para ello más allá de señalar que, atendiendo a que, como antes indicaba, el problema, lejos de disminuir, se está viendo acrecentado, queda mucho por hacer.
En este sentido, considero que, desde las organizaciones de consumidores como la nuestra, si se nos permitiera, podríamos realizar aportaciones interesantes en orden a intentar disminuir este tipo de comportamientos deleznables.
La participación en la denuncia de estos comportamientos y en la adopción de medidas contra los mismos de una organización que ni forma parte del colectivo que sufre las agresiones ni del propio sistema en cuyo marco se producen, sino que, precisamente, defiende los intereses de los usuarios, otorga una mayor legitimidad al rechazo público de estos actos.
Por ello, se debe invitar a las organizaciones de consumidores y de otros colectivos sociales a sumarse a las concentraciones que se convocan en las puertas de los centros sanitarios tras producirse las agresiones, con la finalidad de que se visualice el rechazo no sólo por parte de los trabajadores sino también por los propios usuarios.
Asimismo, debería contarse con nuestra participación en las comisiones que se han constituido para analizar este asunto, que deberían promover en mayor medida la realización de campañas de concienciación y no dedicarse casi de forma exclusiva a la adopción y aplicación de medidas preventivas y correctoras, sin que ponga en duda la necesidad de éstas.
También es necesario la puesta en marcha de campañas que incentiven la presentación de reclamaciones y denuncias, poniendo en valor este trámite como la vía legitima y adecuada para que los usuarios canalicen sus desavenencias con la atención recibida.
A pesar de la indignación que nos provocan las agresiones, sobre todo a los que las padecen, no debemos nunca perder de vista que, por una parte, desgraciadamente, no es un problema propio del sistema sanitario público, sino que este tipo de comportamientos se reproducen en otros ámbitos, de los que el ejemplo más cercano sin duda alguna es el de la educación pública. Por cierto, debo indicar que me resulta especialmente sospechosa la escasez de denuncias por parte de los profesionales de la sanidad privada.
Finalmente, no debemos olvidar que la inmensa mayoría de los usuarios que acudimos a los centros de salud mantenemos un comportamiento adecuado y respetuoso con los profesionales que nos atienden, a pesar de la caótica situación que padecemos desde hace varios años, lo que no contribuye, precisamente, a generar el entorno más adecuado para unas buenas relaciones entre ambas partes.
1.Yesa Herrera J. Agresiones a profesionales en el sistema sanitario público de Andalucía. Med fam Andal. 2010; 11:225. Disponible en: https://www.samfyc.es/wp-content/uploads/2018/07/v11n3.pdf
2.Plan de Prevención y Atención frente a Agresiones a Profesionales del Sistema Sanitario Público de Andalucía. Disponible en: https://www.sspa.juntadeandalucia.es/servicioandaluzdesalud/profesionales/prevencion-y-atencion-de-agresiones