Original

Factores de riesgo y conductuales del cáncer y su relación con el peso corporal en estudiantes de Medicina y Enfermería y médicos internos residentes de Medicina Familiar y Comunitaria

Baena Morales B1, Pérula de Torres LA2, Puértolas Pau I3

1Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Centro de Salud Occidente Azahara. Distrito Sanitario Córdoba y Guadalquivir. Córdoba. España
2Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Redes de Investigación Cooperativa Orientadas al Resultado en Salud (RICORS), Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), Madrid, España. Grupo de Evaluación y mejora del Programa de Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud (PAPPS) de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC)
3Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Centro de Salud Aeropuerto. Distrito Sanitario Córdoba y Guadalquivir. Córdoba. España

Recibido el 04-09-2024; aceptado para publicación el 27-12-2024.

Título: factores de riesgo y conductuales del cáncer y su relación con el peso corporal en estudiantes de Medicina y Enfermería y médicos internos residentes de Medicina Familiar y Comunitaria.
Objetivo: determinar si la implementación de estilos de vida relacionados con el cáncer, los factores sociodemográficos y académicos, se asocian con el peso corporal en residentes de Medicina Familiar y Comunitaria (MFyC) y estudiantes de Medicina y Enfermería.
Diseño: observacional, descriptivo, y multicéntrico.
Emplazamiento: unidades docentes de MFyC de Ceuta y Córdoba y Universidades de Córdoba y Francisco de Vitoria (Madrid).
Población y muestra: médicos internos residentes de MFyC y estudiantes de medicina y de enfermería.
Intervenciones: se pasó un cuestionario autoadministrado, siendo las variables estudiadas: a) Sociodemográficas y académicas: edad y sexo, centro y tipo de formación y perfil académico; b) Conductas y estilos de vida: frecuencia de actividad física, frecuencia de consumo de frutas y verduras, de carnes rojas y consumo de alcohol y de tabaco. Se preguntó sobre el peso y la talla y se calculó el Índice de masa corporal.
Resultados: participaron un total de 740 sujetos, el 74,1% eran mujeres. La edad media fue de 22,10 años (DT 4,53; límites: 18-52 años; IC del 95%:21,7-22,3). El 10,5% (IC 95%: 8,2-12,7) tenía sobrepeso, y el 1,6% (IC 95% 0,7-2,5) presentaba obesidad. El 34,2% (IC 95%: 30,8-37,6) practicaba ejercicio físico de 2-3 veces por semana. No hubo asociación significativa entre el IMC y la frecuencia de realización de ejercicio físico (p=0,313), frecuencia de ingesta de frutas, verduras u hortalizas y carne roja. (p=0,104; p=0,681; p=0,169; respectivamente). Sin embargo, se obtuvo relación significativa entre la edad (OR=2,20; IC 95%:1,46-3,32; p<0,001), el sexo (OR= 2,05; IC 95%:1,13- 3,70; p=0,017), y el tipo de formación (OR=2,20;8C 95%:1,46-3,32; p<0,001) y el sufrir sobrepeso/obesidad.
Conclusión: los estilos de vida relacionados con el cáncer no se hallan asociados al peso de los adultos jóvenes estudiantes de grado y postgrado. Los sujetos de mayor edad y las mujeres tienen más probabilidades de padecer sobrepeso/obesidad. Los que tienen un mayor nivel académico, presentan con más frecuencia sobrepeso/obesidad.
Palabras clave: prevención del cáncer, atención primaria, profesionales sanitarios, estudiantes universitarios, obesidad.


Title: Risk and behavioural factors of cancer and their relationship with body weight in medical and nursing students and medical residents in family and community medicine.
Objective: to determine whether the implementation of cancer-related lifestyles, sociodemographic and academic factors are associated with body weight in family and community medicine (FCM) residents and medical and nursing students.
Design: observational, descriptive, and multicentre.
Location: FCM teaching units in Ceuta and Córdoba and the Universities of Córdoba and Francisco de Vitoria (Madrid).
Population and sample: FCM resident physicians and medical and nursing students.
Interventions: a self-administered questionnaire was administered, with the variables studied being: a) Sociodemographic and academic: age and sex, centre and type of training and academic profile; b) Behaviours and lifestyles: frequency of physical activity, frequency of consumption of fruit and vegetables, red meat, alcohol and tobacco. Weight and height were asked and the body mass index was calculated.
Results: A total of 740 subjects participated, 74.1% were women. The mean age was 22.10 years (SD 4.53; range: 18-52 years; 95% CI: 21.7-22.3). 10.5% (95% CI: 8.2-12.7) were overweight, and 1.6% (95% CI: 0.7-2.5) were obese. 34.2% (95% CI: 30.8-37.6) exercised 2-3 times a week. There was no significant association between BMI and frequency of physical exercise (p=0.313), frequency of fruit, vegetables and red meat intake (p=0.104; p=0.681; p=0.169; respectively). However, a significant relationship was found between age (OR=2.20; 95% CI:1.46-3.32; p<0.001), sex (OR= 2.05; 95% CI:1.13- 3.70; p=0.017), and type of education (OR=2.20; 95% CI:1.46-3.32; p<0.001) and being overweight/obese.
Conclusion: lifestyles related to cancer are not associated with the weight of young adult undergraduate and graduate students. Older subjects and women are more likely to be overweight/obese. Those with a higher educational level are more likely to be overweight/obese.
Keywords: cancer prevention, primary care, health professionals, university students, obesity.

INTRODUCCIÓN

El cáncer es la principal causa de defunción a nivel mundial, atribuyéndosele a esta patología en 2020 alrededor de 10 millones de muertes según la OMS (1). La prevalencia ha aumentado debido a los cambios en los estilos de vida y al envejecimiento de la población. Estimándose que un tercio de las muertes por cáncer, se deben a factores externos y modificables como la falta de ejercicio físico, el consumo reducido de frutas y verduras y la obesidad, entre otros (2,3). Las tendencias en continuo aumento, de las neoplasias malignas relacionadas con la obesidad, hacen de este espectro de enfermedades una prioridad de salud pública.
El asesoramiento sobre cambios en los estilos de vida, en relación a las recomendaciones disponibles para los profesionales de salud, puede ayudar de forma directa a promover hábitos más saludables e indirectamente prevenir enfermedades secundarias como el cáncer. Por tanto, enfermeros y médicos tienen un papel clave estableciendo los objetivos de pérdida de peso, prestando motivación y apoyo y llevando a cabo programas de pérdida de peso (4).
En consecuencia, tanto los profesionales en AP como los futuros profesionales en salud deben entender los distintos factores de predisposición a la obesidad, para ayudar en el cambio a los pacientes, contribuyendo con ello también a una disminución de las enfermedades secundarias derivadas de malos hábitos, concretamente el cáncer. A la luz de la literatura disponible, es necesario investigar si la práctica por parte de los futuros profesionales en salud y residentes de la especialidad en Medicina Familiar y Comunitaria (MFyC) de estilos de vida saludables, recogidos en distintos planes de acción, guarda relación con el peso corporal de los mismos.

SUJETOS Y MÉTODOS

Se planteó un estudio observacional, descriptivo y multicéntrico. La población estudio estaba constituida por médicos internos residentes de MFyC con sede en las Unidades Docentes de Córdoba y Ceuta, por estudiantes de Medicina y Enfermería de la Universidad de Córdoba (UCO) y por estudiantes de la Universidad Francisco de Victoria en Madrid (UFVM). Como criterio de exclusión se tuvo en cuenta que no dieran su consentimiento para participar en el estudio.
Se calculó un tamaño de muestra mínimo a reclutar de 377 sujetos, estimando que el 50% de los participantes habría practicado las recomendaciones contempladas en el Código Europeo conta el Cáncer (CECC) (5) y asumiendo un error alfa de 5% y un nivel de precisión estadística del 5%. La muestra fue reclutada por dos vías:

  • Mediante correo electrónico a los residentes de MFyC de las Unidades Docentes de Córdoba y de Ceuta, donde cada residente recibió un mensaje explicando el propósito de la investigación, se les solicitó su consentimiento informado para participar y por último se les pidió que complementaran el cuestionario a través de Google Forms (Google drive).
  • Entregando personalmente el cuestionario a los alumnos de las Facultades de Medicina y Enfermería de la Universidad de Córdoba y la Facultad de Medicina Francisco de Victoria, para que lo completaran antes de empezar una de sus clases impartidas por docentes vinculados a algunas de estas universidades.

Las conductas y los estilos de vida relacionados con el cáncer fueron evaluados a partir de un cuestionario en el que se contemplaban los hábitos de salud incluidos en el CECC. Dicha encuesta fue elaborada por profesionales de MFyC de la Unidad Docente de Córdoba en colaboración con miembros del grupo de Evaluación y Educación para la salud del Grupo de la Sociedad Española de Familia y Medicina Comunitaria (semFYC) dentro del Programa de Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud (PAPPS) (6), siendo sometido a un proceso de validación lógica-aparente y de contenido, para ser autocumplimentado de manera anónima.

Las variables medidas fueron:

  1. Sociodemográficas y académicas: edad y sexo, centro y tipo de formación y perfil académico.
  2. Conductas y estilos de vida: consumo de alcohol, consumo de tabaco, frecuencia de actividad física, peso, frecuencia de consumo de frutas y verduras, de carnes rojas, siendo estas variables categorizadas como: no suelo realizar actividad/consumo o sólo de vez en cuando; consumo/ingesta de dos a tres veces en semana; consumo/ingesta recurrente, entendiéndose como casi a diario.
  3. El peso se ha clasificado en base al Índice de Masa Corporal (IMC), el cual permite clasificar el estado ponderal de la persona en normopeso (18,5-24,9), sobrepeso (25,0-29,9) y obesidad (> 30) y se calcula a partir de la fórmula: peso (kg)/talla (m2) (7).

Se realizó un análisis descriptivo de las variables incluidas en el estudio. Se calcularon las medidas de tendencia central (media), de dispersión (desviación típica -DT-) y de posición (límites de la distribución) para las variables cuantitativas, y las frecuencias absolutas y relativas (%) para las variables cualitativas. Además, se calcularon los intervalos de confianza del 95% (IC 95%) para las principales variables. También se procedió a realizar un análisis bivariante, mediante las pruebas de chi-cuadrado y U de Mann- Whitney, para comprobar la relación entre las variables sociodemográficas y académicas de los participantes en el estudio, el establecimiento de los hábitos relacionados con la salud y las conductas preventivas del cáncer, y la acogida de estos hábitos por parte de los encuestados, empleando contrastes bilaterales para un valor de p<0,005. Por último, se efectuó un análisis de regresión logística binaria para comprobar la relación entre variables independientes sociodemográficas y académicas y los hábitos de salud en relación con el peso (variable dependiente), para lo que se dicotomizó el IMC (IMC>25, sobrepeso u obesidad vs. IMC<25 normopeso). Para comprobar la bondad de ajuste del modelo multivariante se usó el test de Hosmer-Lemeshow.
El proyecto fue aprobado por la dirección del Distrito Sanitario Córdoba y Guadalquivir y por el Comité de ética e investigación clínica del hospital Reina Sofía, de Córdoba.

RESULTADOS

Un total de 740 personas participaron en este estudio, de las cuales el 74,1% eran mujeres. La edad media de los participantes fue de 22,10 años (DT= 4,53; límites: 18 a 52 años; IC del 95%: 21,7-22,3).
Del total de los participantes encuestados, el 46,1% (IC 95%: 42,5-49,7) eran estudiantes de enfermería, el 41,9% (IC 95%:38,3-45,3) eran estudiantes de medicina y el 12,0% (IC 95%:9,7-14,4) eran residentes de MFyC. Encontrándose estudiando en ese momento en la Facultad de Medicina y Enfermería de la UCO el 78,1% (IC 95%: 75,2-81,0), en la Facultad de Medicina de la UFVM el 9,5% (IC 95%:7,4-11,6) y formándose como residentes en MFyC, el 10,8% (IC 95%: 8,5-13,0) en la unidad docente de Córdoba y el 1,6% (IC 95%:0,7- 2,5) en la unidad docente de Ceuta. Al considerar el perfil académico del total de encuestados el 87,6% (IC 95%:85,2-89,9) estaban cursando estudios de grado y el 12,4% (IC 95%:10-14,7) eran especialistas internos en formación.
En relación con los estilos de vida relacionados con la salud de los encuestados, el 12,2% (IC 95%:9,8-14,5) eran fumadores. El 34,2% (IC 95%: 30,8-37,6) practicaba ejercicio físico de 2-3 veces por semana. Con respecto a la dieta, el 54,2% (IC 95%:50,6-57,8) y el 59,3% (IC 95%:55,7-62,8) de la población encuestada afirmaba consumir regularmente verduras e ingerir frutas respectivamente, el 23,9% (IC 95%: 20,8-26,9) consumía carne roja todos los días o casi todos los días y el 77,3% (IC 95%:74,2- 80,3) consumía esporádicamente alcohol. En base al peso, el 10,5% (IC 95%:8,2-12,8) de los participantes tenía sobrepeso, y el 1,6% (IC 95%:0,4-2,1) tenían obesidad.
Respecto a si la implementación de determinados estilos de vida de los residentes de MFyC y de los estudiantes de enfermería y medicina influyen en el peso, no se ha encontrado asociación significativa en lo que respecta al peso de los encuestados en función de la frecuencia de práctica de actividad física (p=0,313), ni tampoco en la ingesta de verduras, hortalizas o fruta, y carne roja en la dieta (p=0,104; p=0,681; p=0,169, respectivamente) (tabla 1).
La tabla 2 muestra la relación entre los hábitos de salud con el peso, habiéndose encontrado una asociación significativa entre el normopeso y el consumo de alcohol esporádico (OR:0,56; p=0,03; mayor normopeso en aquellos individuos con consumo de alcohol esporádico). En la tabla 3 se muestran los resultados del análisis de regresión logística de los factores sociodemográficos y académicos de los encuestados, en función del peso, encontrándose relación significativa entre el peso y la edad, con mayor sobrepeso/obesidad en aquellos individuos con 21 o más años (OR:2,20; IC 95%:1,46-3,32; p≤0,001); el sexo, con mayor sobrepeso/obesidad en mujeres (OR: 2,05; IC 95%:1,13-3,70; p=0,017); y el lugar de formación, con mayor probabilidad de padecer sobrepeso/obesidad en aquellos sujetos adscritos a las Unidades Docentes de MFyC (OR: 2,20; IC 95%: 1,46-3,32; p≤0,001).

DISCUSIÓN

Es bien sabido a nivel mundial que la obesidad se está convirtiendo en un problema de salud pública en la población general, al ser considerada hoy en día una epidemia global, habiéndose triplicado su incidencia desde 1975 y teniendo en cuenta que se asocia con el 30-50% de los cánceres diagnosticados en la actualidad. A pesar de que distintos trabajos de investigación proponen varios factores predisponentes, biomarcadores y mecanismos de prevención, es necesario ahondar aún más sobre esta patología (8).
Tomando en consideración que el conocimiento de los estilos de vida relacionados con la salud de los residentes y estudiantes de Medicina y Enfermería es importante, no sólo por los efectos sobre su propia salud, sino por cómo pueden impactar en los hábitos de la población, sirviendo de apoyo para tal afirmación, de los estudios publicados por Pérula et al. 2020 (9) y Oberg EB et al. 2020 (10). Hemos estimado preciso determinar en el presente estudio, si la implementación de estilos de vida relacionados con el cáncer como son el consumo de verduras, frutas, carnes rojas, alcohol y tabaco y la práctica de actividad física, así como factores sociodemográficos y académicos, se asocian con el peso corporal del citado colectivo de profesionales.
Se ofreció participar en el estudio a 740 pacientes. La muestra seleccionada contempló una proporción de estudiantes graduados similar a la mencionada por el Ministerio de Educación y Formación Profesional del Gobierno de España (11). En cuanto a los estilos de vida, el 12,2% eran fumadores, el 34,2% practicaba ejercicio físico de 2-3 veces por semana o todos los días. Con respecto a la dieta, más de la mitad de los sujetos afirma consumir regularmente verduras e ingerir frutas respectivamente, aproximadamente una cuarta parte consumía carne roja todos los días o casi todos los días. Estos datos se encuentran en consonancia con los publicados por la Encuesta Nacional de Salud de España en 2017 (ENSE) (12).
A pesar de que han sido numerosos los trabajos que han señalado que el consumo de alimentos hipercalóricos, grasa y alcohol están correlacionados con la presencia de obesidad (13,14), en nuestro estudio sólo hemos encontrado asociación con el consumo de alcohol; ni la actividad física ni la dieta parecen relacionarse con el peso de los participantes del estudio. Esto, nos lleva a reafirmar la conclusión a la que llegó Emery et al. en 2015 (15), de que los factores desencadenantes y predisponente de obesidad están modificándose paralelamente al incremento del estrés laboral y un entorno doméstico poco saludable.
Distintos estudios (16–18) mencionan otros muchos factores predisponentes además de los arriba expuestos, que varían dependiendo de la geografía, las condiciones sociales, los factores políticos y económicos, siendo los más comunes los sociodemográficos y educativos. En el estudio actual, al igual que en distintas publicaciones (13,17), hemos hallado una asociación entre el sexo y el sobrepeso u obesidad, siendo más prevalente esta condición en las mujeres. También se ha encontrado asociación con la edad, imperando el sobrepeso u obesidad entre la población de mayor edad.
En relación con las condiciones sociales y económicas, el estudio pone de manifiesto que los factores académicos guardan relación con la prevalencia de obesidad, tanto el perfil académico (estudiante o residente), el nivel formativo (grado o postgrado). Pertinente a lo económico un estudio realizado en Francia (16), evidencia que tener un ingreso económico superior, una clase ocupacional más alta y un nivel educativo más elevado reducen la incidencia de obesidad. Esto refuerza más aún la idea de que, para prevenir la obesidad es necesario una mejora en la educación nutricional, tanto de la población general como de los futuros profesionales de la salud.
A pesar de que la difusión de la educación sanitaria y el desarrollo de normas en materia de consumo van teniendo progresivamente un mayor impacto, hay un gran desconocimiento en aspectos relevantes relacionados con la nutrición tanto por los estudiantes universitarios de medicina como los profesionales de la AP, lo que ha llevado a que ambos colectivos manifiesten la necesidad de que en las Facultades de Medicina se potencien y mejoren la enseñanza y formación en esta materia. Siendo esta una de las fundamentaciones por las que en el presente estudio hemos querido analizar cómo son los hábitos de vida en los estudiantes y residentes.
Las recomendaciones del CECC deberían aplicarse en la educación sanitaria en toda Europa. Un reciente estudio europeo (19) sobre el conocimiento del CECC mostró que solamente el 21% de los polacos había oído hablar del mismo. Tratándose de la mayor proporción de conocedores entre todos los países encuestados, lo que parece sugerir que existen grandes lagunas en los conocimientos sobre el cáncer.
Entre las limitaciones del estudio cabe mencionar en primer lugar, que los resultados pueden estar sujetos a un sesgo de voluntariado o de selección, ya que los individuos más interesados en la prevención del cáncer eran probablemente los más propensos a participar en el estudio. Por lo tanto, la verdadera prevalencia de los hábitos saludables recomendados por el CECC entre nuestros participantes podría haberse sobreestimado. En segundo lugar, hemos utilizado como base de este estudio al realizar el cuestionario las recomendaciones incluidas en la tercera edición y no en la cuarta del CECC (5), incorporándose en esta última nuevas recomendaciones, entre ellas la promoción de la lactancia materna, la limitación de la terapia sustitutiva hormonal, la promoción de la vacunación contra la hepatitis B en los recién nacidos y la vacunación contra el virus del papiloma humano entre los adolescentes jóvenes de ambos sexos. Sería interesante realizar un estudio similar que incorpore estas actualizaciones para evaluar la aplicación de las mismas entre los estudiantes de grado y postgrado, así como en los propios profesionales sanitarios.
En tercer y último lugar, en relación con la metodología del estudio, se seleccionaron sólo algunos cursos de medicina o enfermería de la Universidad de Córdoba y de la Universidad Francisco de Vitoria para participar en este estudio. Esto se hizo por cuestiones operativas, pues los investigadores impartían clase a dichos cursos.
En conclusión, a pesar de que la falta de actividad física y una dieta deficiente en frutas y verduras, y rica en carne roja han sido identificados en la literatura como factores predisponentes de obesidad, en nuestro estudio no se ha podido determinar que estos factores influyan en el peso. Aunque sí hemos encontrado que los factores sociodemográficos como la edad y el sexo, así como el perfil académico se asocia con el peso, y dado que las consecuencias de la obesidad son enormes e interrelacionadas, resultaría necesario la creación, por parte de las instituciones responsables, de más planes formativos y programas de salud que fomenten y promuevan la prevención de la obesidad incidiendo en sus principales factores de riesgo, y por ende, de las enfermedades que favorecen su génesis a consecuencia de ésta, como es el cáncer.

Conflicto de interés:
Los autores declaran la inexistencia de conflictos de interés.

Agradecimientos:
Los autores quieren mostrar su agradecimiento a todos los que han participado en el proyecto de investigación del que se deriva este artículo (Grupos colaborativos de los estudios CECC-AP y CECC-PRO), así como a los miembros del grupo de evaluación y mejora del PAPPS (semFYC), y de su organismo de coordinación, por apoyar y avalar este proyecto.

Bibliografía

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  6. Bartolomé-Moreno C, Melús-Palazón E, Vela-Vallespín C, Arana-Ballestar S, Gallego M, Navarro J, et al. Recomendaciones de prevención del cáncer. Actualización 2024. Aten Primaria. 2024 Nov;56:103128.
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