Luchar contra el “nuevo virus”
Pardo Álvarez Jesús
Presidente SAMFyC
En unos días será anulada la obligación de usar las mascarillas en los centros de salud después de la pandemia de COVID-19, lo que se volverá a normalizar las relaciones médico-paciente después de tres años y medio. Esta alteración en la comunicación clínica ha conducido a que los pacientes de reciente aparición en nuestras consultas no les conozcamos sus caras, ni ellos la nuestra.
Durante este triste periodo de tiempo, los Médicos de Familia de Andalucía hemos luchado cada día contra el “maldito” virus. En esta batalla, hemos sufrido sus duras consecuencias, hemos perdido queridos compañeros en nuestras filas, hemos despedido a familiares para siempre, hemos adaptado nuestras formas de trabajo y nuestras consultas a su antojo epidémico, hemos surfeado entre sus olas, y hemos aprendido mucho… esperando que nuestra población tampoco lo olvide, y mantenga normas de prevención que eviten la extensión de otras nuevas epidemias, que seguro que llegaran más tarde o temprano.
Nuestra Atención Primaria está viviendo importantes y difíciles avatares a nivel organizacional, problemas diversos de personal y de estructura por el conocido y mal gestionado recambio generacional que sufrimos. Pero a pesar de todo ello, en el ambiente de los centros de salud se respira y vive un “síndrome residual” después del COVID, que esperamos y deseamos no se convierta en un síntoma persistente. Además, como médicos de familia, podemos entre todos colaborar a tener un tratamiento exitoso del mismo, necesitamos de la ayuda de cada uno de nosotros.
Tenemos entre los profesionales de atención primaria el “virus de la desgana”. Ya sabíamos en los 10 últimos años que el nivel del “síndrome del quemado” estaba en aumento, pero tras el coronavirus, su incidencia se ha multiplicado exponencialmente. Existen múltiples factores causantes de esta patogenia, achacables a diversos responsables, la organización, nuestra población y por supuesto nuestro papel como agentes de salud, y haber sufrido tanto.
Pero todo esto no puede justificar lo que está ocurriendo en muchos centros, en muchos equipos…en los que se denota la pérdida del espíritu de seguir mejorando día a día, de mantener la participación en actividades de formación, de asistir a cursos o talleres que reactiven nuestra capacidad competencial. El ambiente que se respira a veces es de pasar como sea la consulta y programas, o las actividades comunes asistenciales, perdiendo la posibilidad de estar trabajando en grupo con otros estamentos, de realizar actividades docentes con los residentes, o formar parte de comisiones en las unidades que velen por la mejora continua de la calidad de nuestro trabajo.
Este “síndrome post COVID” está desmotivando a muchos buenos profesionales en la medicina de familia, está generando una corriente de apatía, de queja continua por nuestras condiciones de trabajo, que sabemos son mejorables y que debemos de pedir sean cambiadas por la Administración, pero debemos evitar dejarnos llevar por esa ola de desaliento.
Desde la reciente presidencia de tu sociedad de medicina de familia, y con el apoyo de la actual junta directiva, pensamos que la participación como socio de SAMFyC es fundamental para abatir a este “virus”.
La SAMFyC está abierta a todas tus sugerencias y apoyos. La sociedad te ofrece múltiples espacios donde desarrollar tus habilidades y reforzar otras que desees adquirir. La participación en sus diversos grupos de trabajo: motivando la investigación, activando revisiones de interés, generando conocimientos con actividades docentes, generando guías y recursos formativos que se extiendan por todos los médicos de familia andaluces. Asistiendo también a nuestras jornadas y congresos anuales, que nos hacen intercambiar experiencias y conocer que se hace en otros centros para mejorar nuestro trabajo día a día. Como federada de semFYC, puedes multiplicar todas estas tareas, uniéndote a las que se organizan en todo el territorio nacional, participando también de ellas.
Nosotros como médicos de familia debemos liderar la lucha frente a esta situación actual, haciendo participe en la misma, al resto del equipo de atención primaria con los que trabajamos codo con codo. Llevando a nuestros residentes a que aviven esta llama, que vuelva a hacer a nuestra especialidad atractiva para los actuales y futuros residentes, y que el estudiante de medicina conozca la vitalidad que supone ser médico de familia.